3 de Febrero de 2014

3 de Febrero de 2014
Oligisto oteando el cielo

viernes, 6 de junio de 2014

El submarino de Noé (5)

5. El submarino de Noé


  • El dialogo de Enki y Noé
Enki dijo a Noé: Un Diluvio está a punto de llegar; (la humanidad) tiene que salvarse construyendo un barco especial; ha de llevar con él y salvar «la simiente de todas las cosas vivas».

Noé responde «Yo nunca he construido un barco… hazme un plano en el suelo para que pueda verlo», y entonces Enki le dio las instrucciones precisas sobre las medidas que debía tener y sobre su construcción. Pero el «arca» no es un barco muy grande, con cubiertas y superestructuras.

La decisión de advertir y salvar la semilla del Hombre es el desafiante acto de un dios (Ea/Enki), que actúa en secreto y en contra de la decisión conjunta de los otros Grandes Dioses.
  • El arca era un barco muy especial
El término bíblico teba proviene de la raíz «hundido», por lo que Enki le dio instrucciones a Noé para que construyera un barco hundido, un submarino.
El texto acadio dice que Enki hablaba de un barco «techado por encima y por debajo», herméticamente sellado con «brea dura». No tenían que haber cubiertas ni aberturas, «de modo que el sol no viera el interior».
Tenía que ser un barco «como un barco del Apsu», un Sulili; y este es el término que se utiliza en la actualidad, en hebreo, Soleleth, para identificar un submarino.
«Que el barco», dijo Enki, «sea un MA.GUR.GUR» —«un barco que pueda darse la vuelta y caer».

Sólo un barco así podía haber sobrevivido a una avalancha de aguas tan arrolladora.




  • La estratagema de Noé
 Noé no sabía como explicar a sus conciudadanos la construcción de tan extraño artefacto y el abandono de su ciudad para irse a África.
Utnapistim le hizo a Ea/Enki la pregunta obvia: ¿Cómo iba él, Utnapistim, soberano de la ciudad, a explicar al resto de ciudadanos de Shuruppak la construcción de una embarcación tan extraña y el abandono de todas sus posesiones?
Ea/Enki le aconsejó, que, como seguidor de Ea, Utnapistim no podía seguir viviendo en Mesopotamia, y que estaba construyendo un barco con el que pretendía bajar hasta África, con su dios.

He sabido que Enlil me es hostil,
de manera que ya no puedo residir en vuestra ciudad,
ni poner mis pies en territorio de Enlil.
Por tanto, al Apsu bajaré,
para morar con mi Señor Ea.

Los habitantes de Shuruppak pudieron así relacionar sus problemas con su rey. Su rey era la causa de tantos desastres porque estaba enemistado con Enlil, el soberano de nuestro planeta y éste les castigaba por ello.
Su rey, Noé, admitía esta realidad y que abandonaría su trono y su región para irse lejos, a África. Ahora Enlil no tendría razones para seguir castigándoles y sería el fin de tanta calamidad.

La estratagema de Noé, realmente de Ea/Enki,  le permitía explicar la extraña construcción y su huida y además provocaría en sus vecinos un apoyo que le permitió ganar tiempo en la construcción.


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